Desafíos y estrategias para la recuperación de páramos afectados por incendios en Colombia
En los primeros meses de 2024, los departamentos de Santander, Boyacá, Valle del Cauca y Norte de Santander en Colombia se han visto afectados por incendios que han arrasado extensas áreas de páramos. Estos ecosistemas, vitales para la regulación hídrica que abastece a más de 17 millones de personas en el país, se han visto comprometidos, generando preocupación por las consecuencias ambientales.
Durante el periodo comprendido entre noviembre de 2023 y enero de 2024, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) ha reportado 582 incendios en todo el territorio colombiano, consumiendo alrededor de 36,818 hectáreas, un área equivalente a la extensión de la ciudad de Medellín. Entre los ecosistemas afectados, los páramos, con su capacidad única de regular el flujo de agua, han sido de los más perjudicados.
La importancia de estos páramos para la regulación hídrica del país radica en que, al quemarse la vegetación asociada, como los emblemáticos frailejones, se interrumpe el ciclo hídrico, impactando directamente en el suministro de agua para la población. Ante esta situación, surge la necesidad de evaluar la magnitud de los daños y planificar estrategias de restauración.
Uno de los aspectos fundamentales antes de emprender acciones de restauración es la delimitación de áreas afectadas. Es esencial evitar el ingreso exacerbado de personas particulares y, en cambio, promover la intervención técnica y científica, en colaboración con las comunidades locales, para favorecer la recuperación del ecosistema. La restricción de acceso busca evitar acciones que podrían perjudicar la sucesión natural del ecosistema y, en cambio, permitir que la naturaleza siga su curso.
Expertos de la Universidad Industrial de Santander (UIS) insisten en la necesidad de realizar análisis detallados del suelo, evaluando cambios en sus propiedades físicas y químicas post-incendio. Estos estudios, que pueden llevar varios meses después de las lluvias, deben incluir análisis de qué especies sobrevivieron, cuáles fueron las menos afectadas y cuáles tienen capacidad de rebrote. Además, es esencial incorporar el conocimiento de las comunidades locales en estos procesos.
Si bien la restauración por sucesión natural puede llevar tiempo y no recuperar completamente la condición original, es un proceso importante que, dependiendo de la calidad del banco de semillas, puede acercarse a la condición original. Si la evaluación indica que la recuperación natural no es suficiente, se podría recurrir a la restauración asistida, un proceso más directo y planificado que involucra intervenciones humanas.
Es imperativo resaltar que la intervención no debe realizarse de manera precipitada. Aunque el deseo de revertir los daños es comprensible, la restauración debe basarse en información sólida y planes cuidadosamente estructurados. La participación activa de la comunidad, el respeto por el conocimiento local y el análisis científico riguroso son claves para garantizar el éxito de los esfuerzos de restauración.
La tragedia de los incendios en los páramos colombianos es también una oportunidad para aprender y prepararse mejor frente a futuros eventos similares. Los estudios y análisis resultantes de esta experiencia son esenciales para desarrollar estrategias más efectivas en la conservación y restauración de estos ecosistemas frágiles y cruciales para la vida en Colombia.