Las autoridades han logrado un contundente golpe contra una red delictiva dedicada al tráfico de fauna silvestre y animales exóticos, conocida como ‘Harpía’. Este grupo criminal, con presencia en Cundinamarca, Boyacá y Putumayo, operaba a través de redes sociales, utilizando la fachada de venta de artesanías para comercializar partes y subproductos de jaguares, águilas harpía, guacamayas y otras especies protegidas.
Por solicitud de un fiscal del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma), un juez de control de garantías ha impuesto medida de aseguramiento en centro carcelario a tres posibles integrantes de esta red delictiva: Diego Fernando Mora Obando, Vivian Vanessa García Rivero y Darwing Carmelo López Cotes.
Según las investigaciones, Mora Obando sería el cabecilla de la organización, coordinando la adquisición y distribución de las partes de fauna silvestre desde Orito, Putumayo. López Cotes se encargaría de conseguir las partes, mientras que García Rivero sería responsable de realizar las publicaciones por redes sociales desde Villa de Leyva, Boyacá, y concretar las transacciones.
La operación ‘Harpía’ ha desarticulado una red que operaba desde al menos 2021, cuando se incautaron 94 partes de águilas harpía en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. Los hoy procesados fueron capturados en un trabajo conjunto de la Fiscalía y la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional, en Villa de Leyva, Orito y Puerto Leguízamo.
La investigación revela al menos diez eventos relacionados con el tráfico de fauna entre 2021 y 2022, donde se evidencia el pago de giros y transacciones bancarias por la venta ilegal de partes de animales. Uno de los hechos ocurrió el 19 de enero de 2022, cuando Mora Obando solicitó garras de gavilanes y colmillos de puercos silvestres, y el 6 de febrero de 2022, cuando acordó con García Rivero la entrega de partes de águilas.
El modus operandi de ‘Harpía’ incluía la venta de collares con colmillos de jaguar, como uno vendido el 5 de abril de 2022 por un millón de pesos. La investigación fue adelantada por la Sijín de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental de la Policía Nacional, con el apoyo de diversas entidades nacionales e internacionales, en un esfuerzo conjunto por combatir el tráfico ilegal de fauna y proteger la biodiversidad del país.
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