La preocupación se apodera de los docentes y sus familias en Boyacá ante la ineficiente atención médica que están recibiendo por parte del nuevo operador de salud del Magisterio en la región. La reciente implementación del modelo de salud ha generado un descontento generalizado, con numerosos casos de pacientes sin acceso a citas médicas y, aún más alarmante, sin la entrega de los medicamentos vitales para su bienestar.
Uno de los casos más angustiantes es el de Fredy Torres, cuyo padre sufre de una enfermedad mental y requiere un tratamiento diario para mantener su condición bajo control. Sin embargo, la nueva IPS designada, Jersalud SAS, ha fallado en proporcionar los medicamentos necesarios, sumiendo a la familia Torres en una situación desesperada.
“Mi padre necesita tomar estos medicamentos diariamente para evitar que su enfermedad progrese”, explicó Fredy Torres. “Son recetados por su neurólogo, y su ausencia podría acelerar significativamente el deterioro de su salud”.
La situación se torna aún más grave cuando los familiares se ven obligados a recurrir a la compra privada de los fármacos, ante la negativa de la IPS de suministrarlos. Esto no solo representa una carga económica adicional para las familias afectadas, sino que también pone en riesgo la estabilidad financiera de aquellos que no pueden costear los altos precios de estos medicamentos en el mercado privado.
Ante esta situación crítica, la comunidad docente y sus familiares exigen respuestas inmediatas por parte de las autoridades responsables de la implementación del nuevo modelo de salud. La falta de atención médica y la negativa en la entrega de medicamentos esenciales no solo constituyen una violación a los derechos de los pacientes, sino que también ponen en riesgo la vida de aquellos que dependen de estos tratamientos para sobrellevar sus condiciones médicas.
En este contexto, se hace un llamado urgente a las autoridades competentes para que tomen medidas inmediatas para resolver esta crisis en la atención médica del Magisterio en Boyacá. La salud y el bienestar de los docentes y sus familias no pueden ser comprometidos por fallos en la gestión de la atención médica. Es imperativo que se garantice el acceso oportuno y continuo a los servicios de salud, así como la entrega adecuada de los medicamentos prescritos, para evitar consecuencias irreversibles para la salud de quienes más lo necesitan.