Dos meses después del brutal accidente que sufrió en el País Vasco, el ciclista australiano Jay Vine ha recibido luz verde para retomar sus entrenamientos en carretera, aunque con estrictas restricciones debido a la gravedad de sus lesiones.
Restricciones y adaptación
A pesar de las limitaciones, Vine se muestra optimista y agradecido por poder volver a pedalear, aunque solo se le permite hacerlo en subida. «Solo me permiten pedalear en subida, pero eso es mejor que nada», comentó Vine. «Afortunadamente, en Andorra hay trepadas largas de sobra, así que las subo y mi esposa me baja en el auto. Luego repetimos».
Esta rutina, aunque atípica, le ha permitido a Vine empezar a recuperar su forma física y acostumbrarse nuevamente a la bicicleta, una tarea que reconoce llevará tiempo. «No estoy al 100% y sé que tomará tiempo acostumbrarme, pero este es un paso enorme en la dirección correcta. Empiezo a sentirme más como yo mismo», añadió el ciclista.
El camino hacia la recuperación
La recuperación de Jay Vine ha sido un proceso lento y desafiante, marcado por numerosas restricciones debido a las lesiones sufridas. Sin embargo, su determinación y el apoyo de su familia han sido cruciales en este proceso. La posibilidad de entrenar nuevamente en carretera, aunque sea con limitaciones, representa un avance significativo para el ciclista.
Vine no solo está trabajando en su recuperación física, sino también en su preparación mental para regresar a las competencias. El apoyo de su esposa, quien lo acompaña y ayuda a descender en auto después de cada subida, ha sido fundamental en esta etapa de su recuperación.
Mirando hacia el futuro
Jay Vine es consciente de que su recuperación completa llevará tiempo, pero se muestra optimista respecto a su futuro en el ciclismo. «Este es un paso enorme en la dirección correcta», afirmó, dejando claro su compromiso y determinación para volver a competir al más alto nivel.
El ciclista australiano espera que, con el tiempo y la rehabilitación adecuada, pueda recuperar completamente su forma física y volver a las competencias. Mientras tanto, continuará con su peculiar pero efectivo régimen de entrenamiento en las montañas de Andorra.
Conclusión
La historia de Jay Vine es un testimonio de resiliencia y determinación. A pesar de las dificultades, su espíritu y amor por el ciclismo lo mantienen motivado en su camino hacia la recuperación. Con el apoyo de su familia y su equipo, Vine está dando pasos significativos hacia su regreso al deporte que ama, demostrando que, incluso en las situaciones más difíciles, la perseverancia puede llevar a grandes logros.
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