SuperSociedades sanciona a Eduardo Pimentel, dirigente del Boyacá Chicó, por violación al gobierno corporativo
La Superintendencia de Sociedades impuso una sanción al dirigente deportivo Eduardo Pimentel, conocido por su rol al frente del Boyacá Chicó, tras identificar irregularidades en su gestión corporativa. La medida se tomó debido a su implicación en la organización del club, particularmente en relación con la participación accionaria de sus hijos, lo que afectó el gobierno corporativo de la empresa.
Eduardo Pimentel, reconocido por su carrera en el fútbol tanto como jugador como dirigente, ha sido una figura polémica en el ámbito deportivo colombiano. Durante su tiempo en equipos como Millonarios y América, Pimentel se destacó por su vehemencia y liderazgo en el campo, características que también han marcado su trayectoria como directivo.
En esta ocasión, la Superintendencia de Sociedades señaló que Pimentel no reveló el control que ejercía sobre el Deportivo Boyacá Chicó Fútbol Club S.A., una omisión que contraviene los principios fundamentales del buen gobierno corporativo. El superintendente de Sociedades, Billy Escobar Pérez, enfatizó la importancia de la transparencia en la gestión empresarial, declarando que «uno de los pilares del gobierno corporativo es la transparencia en la información, por lo cual resulta relevante que se publicite la identificación de las personas que controlan a las empresas”.
Además, Escobar Pérez resaltó que la entidad ha intensificado su supervisión sobre los clubes deportivos que operan como sociedades anónimas, con el fin de asegurar que cumplan con los principios del buen gobierno y generen confianza entre los distintos grupos de interés involucrados.
Pimentel, quien se retiró del fútbol profesional en 1997, regresó al ámbito deportivo en 2001 para liderar el proyecto del Chicó Fútbol Club. Bajo su dirección, el club logró el ascenso a la primera división del fútbol colombiano en tan solo dos años. Su papel como dirigente ha estado acompañado de controversias, tanto en el ámbito deportivo como por sus posiciones políticas, y su temperamento en el terreno de juego fue una constante, siendo uno de los jugadores con más tarjetas rojas en la historia del torneo colombiano, acumulando un total de 33 expulsiones.
La sanción impuesta por la SuperSociedades subraya la necesidad de un mayor cumplimiento de las normativas de gobierno corporativo en las entidades deportivas, especialmente en aquellas que operan bajo la figura de sociedades anónimas, como es el caso del Boyacá Chicó.