La Contraloría General de la República ha dado a conocer preocupantes deficiencias en la gestión administrativa y fiscal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en la región de Boyacá, afectando la ejecución de programas esenciales para la infancia en el departamento. La reciente auditoría reveló un bajo rendimiento en la implementación de programas dirigidos al desarrollo integral de niños y niñas de 6 a 13 años, comprometiendo la garantía de sus derechos y su bienestar.
El informe de la Contraloría, que analiza la gestión del ICBF hasta el 31 de diciembre de 2023, destaca graves fallas en la planeación presupuestal, las cuales contribuyeron a una pérdida de $111.643 millones a nivel nacional. En Boyacá, las irregularidades identificadas incluyen deficiencias en la supervisión de contratos, con casos como el incumplimiento en la entrega de raciones alimentarias familiares y la adquisición de bienes no autorizados para los programas infantiles.
Uno de los aspectos más alarmantes señalados por la Contraloría es el abandono de inmuebles destinados a centros infantiles, los cuales han dejado de cumplir con sus objetivos contractuales. Este abandono no solo ha afectado directamente a los menores beneficiarios de estos centros, sino que también ha generado costos adicionales en servicios públicos y vigilancia, sumando a las pérdidas económicas que afectan la eficiencia y efectividad del ICBF en la región.
Estas deficiencias no solo comprometen el desarrollo integral de la infancia en Boyacá, sino que también reflejan una preocupante falta de control y gestión adecuada por parte del ICBF regional. La Contraloría ha instado a las autoridades correspondientes a tomar medidas inmediatas para corregir estas irregularidades y garantizar que los recursos destinados al bienestar infantil se utilicen de manera efectiva y transparente.
El informe deja claro que es necesario un esfuerzo conjunto para fortalecer la supervisión y ejecución de los programas del ICBF en Boyacá, asegurando que los niños y niñas reciban el apoyo y cuidado que merecen, sin que los recursos destinados a ellos sean mal gestionados o desperdiciados.
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