La edición 2024 de La Vuelta a España ha dejado huella como una de las más exigentes de su historia, al punto que incluso los escaladores, quienes suelen destacarse en las cuestas empinadas, expresaron su sorpresa y fatiga ante la cantidad de subidas. Tradicionalmente, La Vuelta ha sido un terreno favorable para los ciclistas especializados en la montaña, mientras que los sprinters suelen encontrarla menos atractiva debido a sus múltiples ascensos. Sin embargo, este año ha sido diferente: tanto escaladores como sprinters coincidieron en la dureza del recorrido.
El ciclista belga Arne Marit, del equipo Intermarché – Wanty, compartió su experiencia sobre lo desafiante que resultó la competencia. “Esta Vuelta ha sido realmente dura. En la primera semana no hubo problemas con dos etapas al sprint. Luego vinieron doce días sin ninguna posibilidad de esprintar”, comentó Marit en una entrevista para Het Nieuwsblad. La frustración de los sprinters, que a menudo esperan etapas planas para brillar, se mezcló con la sorpresa de los escaladores, que este año se encontraron con un reto mayor al esperado.
La dificultad del recorrido no solo afectó a los velocistas, quienes usualmente prefieren etapas más llanas, sino que también llevó a los escaladores al límite de sus capacidades físicas. La Vuelta 2024 quedará en la memoria de todos los competidores como una de las más implacables, con jornadas consecutivas de ascensos que desafiaron incluso a los más preparados.
Con este recorrido, La Vuelta sigue reafirmando su reputación de ser una de las grandes vueltas más exigentes del calendario ciclístico mundial, dejando claro que tanto para escaladores como para sprinters, el reto es inmenso.