Adolescentes, las principales víctimas de feminicidios según el ICBF
Los feminicidios en Colombia están afectando de manera particular a adolescentes entre los 14 y 18 años, según la directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres. En una reciente mesa de seguimiento sobre Feminicidio y Violencia de Género, organizada por la Procuraduría General, Cáceres hizo un llamado urgente a abordar este problema con un enfoque integral.
Las cifras son alarmantes: durante 2024, se han registrado 30 feminicidios de menores de 18 años, según datos proporcionados por organizaciones sociales. Este dato, señaló Cáceres, subraya la necesidad de visibilizar un fenómeno que está intrínsecamente ligado a otras formas de violencia de género. “El feminicidio en niñas y adolescentes no es un hecho aislado”, afirmó la funcionaria. “Está estrechamente relacionado con la violencia sexual, la trata de personas, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil”.
El ICBF ha sido claro en su postura: erradicar la violencia de género es una prioridad. No obstante, este desafío implica no solo atender casos de feminicidios, sino también brindar una atención integral a todas las formas de violencia que enfrentan las niñas y adolescentes en el país. «Nuestro compromiso es claro: erradicar la violencia de género y garantizar un entorno seguro y equitativo para todas las mujeres y niñas en Colombia”, añadió Cáceres.
Un enfoque integral que considere el curso de vida de las víctimas, junto con la perspectiva territorial, es esencial para enfrentar el problema. Aunque algunas estrategias actuales están empezando a dar frutos, queda mucho por hacer para erradicar las violencias basadas en género. Entre enero y mayo de 2024, el ICBF abrió 6.579 Procesos Administrativos de Restablecimiento de Derechos (PARD) por violencia sexual, el 87% de los cuales involucraron a niñas y adolescentes.
Por un lado, la visibilización de estos datos permite un análisis profundo de la situación y ayuda a generar políticas más eficientes. Sin embargo, las cifras actuales evidencian la falta de mecanismos preventivos efectivos que puedan frenar estas formas de violencia antes de que ocurran.