En la región del Lago de Tota, Boyacá, más de 7 mil personas que habitan y trabajan en la zona podrían verse afectadas por el Plan de Manejo Ambiental que adelanta Corpoboyacá. Esta situación ha generado gran inquietud entre los habitantes locales, quienes temen ser desplazados de sus tierras debido a las nuevas delimitaciones que se están estableciendo en el marco de dicho plan.
Diego Pedraza, director de la Fundación Tota Sostenible, expresó su profunda preocupación por los alcances de este proyecto. “Estamos supremamente preocupados por los alcances del Plan de Manejo Ambiental que está haciendo la Corpoboyacá, con algunos contratistas que no conocen la problemática de la región, sin saber que ahí hay gente viviendo y trabajando desde épocas históricas, cerca de 7 mil personas”, afirmó.
Según Pedraza, el plan, en su estado actual, podría forzar a muchas personas a abandonar sus hogares y parcelas, ya que las nuevas delimitaciones señalan gran parte de la zona como humedal. “Con el mapa de ubicación estratégica prácticamente desplazan a la población del territorio. Toda la parte plana, exceptuando tal vez la puerta de la iglesia del municipio, la delimitaron como humedal, con las consecuencias que eso tiene. Esto vincula directamente al territorio al Convenio Ramsar, y me imagino que después de consolidar el POMCA, Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas, vendrá el acuerdo Ramsar y sacarán a la gente del territorio”, añadió.
El dirigente también denunció la falta de transparencia en el proceso y la falta de compromiso por parte de los contratistas que están a cargo de la elaboración del plan. “Hace unos 10 días expusieron el mapa y la mayor parte de la gente ni siquiera identificó dónde estaba el problema. Afortunadamente, me puse a revisar y a leer cada una de las convenciones del mapa, y convocamos de emergencia a un comité de defensa de toda la población. Llamamos al contratista, se realizó una reunión, pero ni siquiera se atrevieron a mostrar el mapa. Nos dieron disculpas, pero nada en concreto”, afirmó Pedraza, quien subrayó que a los contratistas parece importarles solo terminar sus estudios para cobrar su contrato, sin considerar las implicaciones para la población.
Pedraza también hizo un llamado a Yeimy Echeverría, directora de Corpoboyacá, a que visite la zona y escuche las preocupaciones de los habitantes locales. “Desde que la directora se posesionó a principios de año, la visitamos y ella se comprometió a hacer una visita al Lago de Tota en compañía de un grupo de habitantes para identificar la problemática. Sin embargo, ya estamos en septiembre, se va a acabar el año, y no nos ha ido a visitar”, lamentó.
El futuro de miles de familias en la región del Lago de Tota sigue siendo incierto, mientras la comunidad espera una solución que proteja tanto el medio ambiente como los derechos de los habitantes que por generaciones han habitado y trabajado en la zona.