En lo profundo de la vereda Tras del Alto, entre los límites de Tunja y Motavita, un grupo de familias campesinas está escribiendo una nueva página en la historia del patrimonio boyacense. Allí, a orillas de la quebrada Farfacá, no solo florece la naturaleza, sino también los vestigios de las culturas indígenas que habitaron la región.
Con el respaldo del Fondo Emprender del SENA, los habitantes lideran un ambicioso proyecto para conservar y dar a conocer este enclave arqueológico, ecológico y turístico. Diana Marcela González, una de las líderes del proceso, destaca que “la idea nació del amor por lo nuestro y de la necesidad de crear ingresos más allá del campo”.
El sendero Farfacá, como ya se le conoce, ha sido visitado por colegios, jardines infantiles y expertos en arqueología, que han reconocido su potencial. Los trabajos han revelado más hallazgos y hoy se trabaja en una señalización respetuosa con el entorno, diseñada de acuerdo al Plan de Manejo Arqueológico y asesorada por profesionales de la UPTC.
Además, un inventario de flora y fauna nativa refuerza la visión de un espacio integral: una zona de conservación que une naturaleza e historia.
La invitación es clara: visitar Tras del Alto es caminar por las huellas de nuestros ancestros y ser testigos del poder de las comunidades rurales cuando se unen por un propósito común. Un destino con alma campesina y corazón ancestral que espera por propios y visitantes.
Muy interesante, sería bueno que informen, ubicación.
Hola, me gustaría conocer un poco más de como llegar al proyecto y me emociona bastante, pues mi lugar de residencia es cercano y apoyar lo nuestro.