La nueva Ley de Financiamiento, presentada por el Gobierno Nacional, ha desatado debate por los cambios en materia tributaria. Sin embargo, el proyecto busca cubrir el déficit fiscal y garantizar el presupuesto de 2026 sin afectar a los hogares de menores ingresos.
Entre sus principales medidas se encuentran el ajuste del IVA en vehículos híbridos, bebidas alcohólicas, cigarrillos, vapeadores y servicios digitales. También establece impuestos a actividades comerciales de iglesias, juegos de azar por internet y cirugías estéticas.
El ministro de Hacienda, Jorge Ávila, recalcó que no se tocarán productos de la canasta familiar ni patrimonios inferiores a $1.900 millones, y que los sectores más vulnerables no serán impactados. La carga recaerá principalmente en patrimonios altos, dividendos empresariales, el sector financiero y bienes nocivos para la salud.
La ley responde a tres presiones fiscales clave: el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles, los subsidios de energía y gas, y el crédito otorgado por el FMI durante la pandemia. Con 40 decisiones tributarias, el Gobierno busca estabilizar las cuentas públicas, mantener la inversión social y asegurar la sostenibilidad económica del país.