Más de 100 aspirantes y un récord histórico: así arranca la carrera por la sucesión de Petro
La contienda presidencial de 2026 ya marca un hecho sin precedentes en la historia electoral reciente: 107 personas han anunciado su intención de llegar a la Casa de Nariño, una cifra que supera ampliamente los registros de ciclos anteriores y que evidencia el acelerado crecimiento del mecanismo de recolección de firmas como vía de participación.
A ocho meses de la primera vuelta, prevista para el 31 de mayo, la lista de precandidatos casi duplica la de 2017 —cuando se presentaban poco más de 57 aspirantes— y deja atrás los 86 inscritos a estas alturas en 2021. De ellos, 71 buscan el respaldo ciudadano mediante grupos significativos de ciudadanos, un fenómeno que la Registraduría describe como “la cifra más alta desde la creación del mecanismo”.
La inscripción más reciente fue la de la representante conservadora Juana Carolina Londoño, con la que el registro llegó a los 107 nombres. En total, 91 movimientos ciudadanos están habilitados para recoger firmas, muchos de ellos con denominaciones llamativas como “Seres de luz”, “Al borde del abismo” o “Rosas unidas”. Tras estas iniciativas aparecen liderazgos locales con relevancia regional, pero poco reconocimiento nacional.
Expertos advierten que esta proliferación de candidaturas refleja una crisis de liderazgo político y, al mismo tiempo, un uso desbordado del mecanismo de firmas, que en cuatro años ha crecido un 75 %. Mientras en 2010 solo dos grupos acudieron a este modelo, en 2014 fueron 14, en 2018 subieron a 45 y hoy alcanzan un nuevo récord.
La Registraduría también reporta un aumento en los comités por firmas para el Congreso: 79 en total, entre Senado y Cámara, otra señal del auge de estas plataformas ciudadanas.
Con una baraja tan amplia y diversa, la campaña presidencial se perfila como una de las más fragmentadas y complejas de las últimas décadas. ¿Renovación democrática o dispersión política? La respuesta empezará a definirse en los próximos meses, cuando los aspirantes deban demostrar si tienen, además de una inscripción, un verdadero proyecto de país.