El robo de energía eléctrica es un problema que afecta a diferentes regiones del país, y Boyacá no es ajeno a esta situación. Según informó Miguel Castellanos, gerente comercial de la Empresa de Energía de Boyacá (EBSA), el índice de pérdidas por este concepto en el departamento se sitúa en torno al 14.5%.
En una entrevista realizada con Castellanos, se reveló que este indicador se calcula teniendo en cuenta los consumos y la demanda de energía de los últimos doce meses. Este porcentaje se desglosa en dos componentes principales: pérdidas técnicas, que representan cerca del 9%, y pérdidas no técnicas, que rondan el 6%.
«El fraude se determina con base en la energía que se factura, es decir, en la relación de la energía que compramos frente a la energía eléctrica que vendemos», explicó Castellanos. Esta práctica afecta no solo a la empresa proveedora de energía, sino también a los usuarios honestos que deben pagar tarifas más altas para compensar las pérdidas.
La EBSA ha implementado diversas estrategias para combatir este problema, incluyendo visitas de inspección realizadas por cuadrillas especializadas. Cuando se detecta un caso de robo o fraude de energía, la empresa lo reporta a las autoridades competentes para iniciar acciones legales.
«Tenemos toda una oficina jurídica encargada de esta parte, en esta dependencia se surte todo el proceso ante las autoridades competentes», destacó Castellanos. La judicialización de los responsables por el delito de defraudación de fluidos es fundamental para disuadir futuras prácticas ilegales y proteger los recursos energéticos del departamento.
A pesar de los esfuerzos por controlar el robo de energía, es importante que la comunidad también se involucre en la prevención y denuncia de estas actividades ilícitas. La colaboración entre la empresa proveedora, las autoridades y los ciudadanos es clave para garantizar un suministro eléctrico seguro y eficiente en Boyacá.
Acerca del autor
