Las candidaturas para albergar los XXIII Juegos Nacionales y VII Juegos Paranacionales 2027 ya están en firme, tras la extensión de seis días otorgada por el Ministerio del Deporte para la presentación de postulaciones. Las regiones finalistas que competirán por ser sede del evento multideportivo más importante de Colombia son Antioquia, Santander, Nariño y Tolima, cada una con propuestas independientes.
Historia de las candidaturas
Antioquia, que no ha sido sede única desde la segunda edición de los juegos en Medellín en 1932, busca volver a acoger el evento. Santander, que albergó los juegos en 1941 y nuevamente en 1996 con Bucaramanga, Girón y Piedecuesta, también compite por la sede. Tolima, la capital musical del país, ha sido sede en dos ocasiones: 1970 y 2015. Nariño se suma a la competencia con la esperanza de llevar el evento al sur del país.
Impacto y legado de los juegos
Los Juegos Nacionales, que comenzaron en 1928, no solo celebran el deporte en Colombia, sino que también promueven el desarrollo regional y proyectan las ciudades sede como destinos turísticos. La última edición, realizada en el Eje Cafetero en 2023, destacó por su organización y el impulso económico que generó en la región.
Responsabilidades de la ciudad sede
La ciudad que resulte elegida para ser sede de los Juegos Nacionales de 2027 no solo tendrá el honor de recibir a los máximos exponentes del deporte nacional, sino que también asumirá la organización de los II Juegos Nacionales Juveniles en 2028. Este evento coincidirá con el centenario de los primeros Juegos Nacionales, marcando un hito histórico para el deporte colombiano.
Declaraciones oficiales
El Ministerio del Deporte enfatizó la importancia de estas justas para el desarrollo y la promoción turística de las regiones. “Estos eventos son una oportunidad invaluable para las ciudades sede, no solo por el impacto deportivo, sino por el legado económico y cultural que dejan”, señaló el ministro del Deporte.
La decisión final sobre la sede será anunciada en los próximos meses, tras un riguroso proceso de evaluación que considerará infraestructura, capacidad organizativa y proyección turística, entre otros factores. Las ciudades finalistas se preparan para demostrar por qué merecen albergar estos prestigiosos eventos deportivos, que sin duda marcarán un antes y un después en la historia del deporte colombiano.