Alarma en Boyacá: Ocho feminicidios registrados en 2024, la mayoría en zonas rurales
La violencia de género continúa cobrando vidas en Boyacá, donde en lo que va del año se han registrado ocho feminicidios, la mayoría de ellos en áreas rurales y con víctimas mayores de 40 años. La situación ha encendido las alarmas entre organizaciones defensoras de derechos humanos y autoridades, quienes buscan frenar esta ola de violencia que deja una profunda marca en el departamento.
En la última semana, dos nuevos casos se sumaron a esta trágica estadística. El primero ocurrió en Arcabuco el 7 de agosto, cuando María Clemencia Buitrago Rubio fue asesinada por su excompañero sentimental, Ovidio López, quien ya contaba con una caución en su contra. Tres días después, el 10 de agosto, Beyanid González Rojas, de 64 años, fue víctima de un presunto feminicidio en Puerto Boyacá. El Consejo Consultivo de Mujeres ha exigido que su asesinato sea tipificado como feminicidio, dada su condición de mujer y lideresa social.
La Fundación Sobreviviente Boyacá, en colaboración con la ONG Asseinsa, ha documentado detalladamente estos casos, revelando un patrón de violencia que afecta principalmente a mujeres en situación de vulnerabilidad. Uno de los primeros feminicidios del año ocurrió el 10 de enero en Sogamoso, donde Ruth Ángela Vega, de 54 años, fue brutalmente asesinada por Kevin David López, un joven de 18 años. La Fiscalía ha señalado la posibilidad de un abuso sexual previo al asesinato, lo que agrava aún más este crimen.
Otro caso estremecedor tuvo lugar el 27 de enero en Paipa, donde una bebé de 13 meses falleció a causa de graves traumas, hemorragias y fracturas. Aunque no ha sido tipificado oficialmente como feminicidio, las investigaciones apuntan a su padrastro como el agresor, lo que podría aumentar la pena si se confirma la tipificación.
La negligencia institucional también ha sido un factor en varios de estos casos. El 7 de febrero, en Toca, Martha Lucía Rico Bautista, de 29 años, fue asesinada por Fredy Alonso Pineda Numpaque, su compañero sentimental, a pesar de haber denunciado previamente los abusos que sufría. Un caso similar ocurrió el 24 de marzo en Zetaquira, cuando Gloria Patricia Torres Acevedo, madre de tres hijos, fue asesinada por un exmilitar con una orden de captura vigente desde 2011.
La violencia contra las mujeres en Boyacá no solo afecta a las víctimas directas, sino también a sus familias y comunidades. En Aquitania, el 15 de julio, Clarinth Odilia Sánchez, de 24 años, fue asesinada frente a su hija de 5 años, quien ahora se encuentra bajo la custodia de la Policía de Infancia y del ICBF, recibiendo apoyo psicológico.
El caso de Elizabeth Macías Cupasachoa, de 49 años, encontrada sin vida en Sogamoso el 29 de julio, es otro recordatorio de la vulnerabilidad extrema de las mujeres en situación de calle. Su cuerpo, hallado semidesnudo y con signos de violencia, es el segundo caso de este tipo en los últimos dos años.
La creciente lista de feminicidios en Boyacá subraya la necesidad urgente de acciones efectivas para proteger a las mujeres y garantizar que estos crímenes no queden impunes. Las organizaciones defensoras de derechos humanos continúan exigiendo justicia, mientras las comunidades intentan sanar las heridas dejadas por esta alarmante ola de violencia.