En un operativo conjunto entre la Fiscalía General de la Nación y la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional, se desmanteló una peligrosa red delictiva dedicada al sacrificio clandestino de reses, caballos y asnos, cuya carne era distribuida en municipios de Boyacá y Cundinamarca, así como a proveedores del Plan de Alimentación Escolar (PAE), cárceles y otros establecimientos comerciales. El hallazgo fue parte de una investigación por contaminación ambiental y el daño a los recursos naturales en Chiquinquirá, Boyacá, donde se descubrió un matadero clandestino en la vereda Sasa.
Ocho presuntos integrantes de esta red fueron capturados y presentados ante un juez de control de garantías, quienes enfrentan cargos por concierto para delinquir, maltrato animal, contaminación ambiental y corrupción de alimentos. Las autoridades señalaron que los animales sacrificados estaban enfermos y en condiciones precarias de salubridad, lo que generaba graves impactos ambientales debido al vertimiento de residuos en fuentes hídricas y suelos de la región.
La carne obtenida de este proceso ilegal era transportada sin las condiciones adecuadas de conservación y vendida a través de intermediarios, afectando la seguridad alimentaria de diversas instituciones, incluyendo el PAE y centros carcelarios. El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) participó en las diligencias y confirmó que la carne ofrecida por esta red no era apta para el consumo humano.
Los capturados incluyen a los administradores de las bodegas clandestinas y varios intermediarios que operaban en Cundinamarca y Bogotá. Tres de los implicados fueron enviados a prisión, mientras que otros recibieron medidas de casa por cárcel. Este operativo destaca la creciente preocupación de las autoridades por la seguridad alimentaria y el bienestar animal en el país.