El mundo del ciclismo llora la pérdida de uno de sus más grandes campeones. Rik Van Looy, el primer ciclista en ganar los cinco monumentos, ha fallecido a los 90 años, dejando tras de sí un legado inigualable. Conocido como el ‘Emperador de Herentals’, Van Looy dominó el ciclismo de los años 50 y 60, y es recordado como una figura icónica en la historia de este deporte.
Su palmarés es monumental: 397 victorias en su carrera, una cifra que podría haber sido aún mayor. Van Looy fue uno de los tres ciclistas en la historia en conquistar al menos una victoria en cada uno de los cinco monumentos del ciclismo, un hito que comparte con Eddy Merckx y Roger de Vlaeminck. Entre sus logros más destacados están sus triunfos en la París-Roubaix, que ganó tres veces (1961, 1962, 1965), y en el Tour de Flandes, que conquistó en dos ocasiones (1959 y 1962).
Además de su dominio en las clásicas, Van Looy fue doble campeón del mundo en 1960 y 1961, y sumó victorias en grandes pruebas como Gante-Wevelgem, Flecha Valona y París-Tours. También dejó su huella en las tres grandes vueltas, con un total de 37 victorias de etapa en el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España.
Eddy Merckx, su compañero de equipo en 1965, lo recordó con cariño y respeto. “Rik fue un inmenso campeón, un mito absoluto con un palmarés increíble. Era casi imbatible en las clásicas”, destacó el ‘Caníbal’. Van Looy dejó una huella indeleble en el ciclismo, y su legado perdurará por siempre en la historia del deporte.
Su muerte cierra un capítulo dorado del ciclismo, pero su nombre continuará siendo sinónimo de grandeza en el corazón de los aficionados.