Desde diciembre de 2024 hasta enero de 2025, Boyacá ha enfrentado un devastador oleaje de incendios forestales, sumando 24 siniestros que han azotado las tierras de este hermoso departamento. Los más graves han afectado los páramos La Cortadera y Las Alfombras, ecosistemas únicos y frágiles, conocidos por su biodiversidad y su papel crucial en el equilibrio ambiental de Colombia.
El incendio más destructivo, registrado en el páramo La Cortadera, arrasó con más de 500 hectáreas de vegetación nativa y frailejones, una especie emblemática de la región. El fuego no solo devastó flora, sino que también puso en riesgo el futuro de uno de los ecosistemas más importantes del país, afectando los municipios de Rondón, Siachoque, Toca y Pesca.
Jaisson Carreño, director de la Unidad de Gestión del Riesgo de Boyacá, expresó su preocupación por la magnitud de estos incendios, indicando que el esfuerzo conjunto de bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja y otras instituciones ha sido esencial para contener las llamas, pero advirtió que la mayoría de los siniestros son provocados. “El mensaje para la comunidad es claro: abstenerse de realizar quemas controladas. Estas prácticas no solo son peligrosas, sino que ocasionan graves desastres ambientales”, afirmó.
A pesar de los esfuerzos, el ecosistema sigue siendo vulnerable, y el peligro persiste. Las autoridades aseguran que la colaboración de la comunidad es fundamental para evitar más tragedias. Mientras tanto, los análisis preliminares revelan que los incendios en el páramo Las Alfombras habrían consumido cerca de 98 hectáreas de vegetación nativa.
Boyacá, tierra de montañas y páramos, sigue luchando por proteger su naturaleza. Sin embargo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo los incendios seguirán devorando su riqueza ambiental?