En un preocupante informe presentado por la Policía Nacional, los departamentos de Meta, Cesar, Sucre y Boyacá se han destacado como las zonas más afectadas por el robo de ganado en Colombia, una actividad delictiva que sigue golpeando con fuerza al sector ganadero del país.
El diagnóstico, entregado al presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGÁN), José Félix Lafaurie Rivera, y a los representantes de los comités ganaderos a nivel nacional. Este informe revela cifras alarmantes: en 2022, la Policía logró incautar 94.611 semovientes (bovinos) debido a este flagelo, mientras que en lo que va de 2023 se han decomisado 9.400 animales, lo que representa aproximadamente el 10% del total del año anterior.
José Félix Lafaurie destacó que el robo de ganado es solo una manifestación de un «multi crimen» que afecta de manera directa e ininterrumpida a la actividad ganadera. «Es fundamental fortalecer la cooperación entre todos los actores del sector ganadero y la Policía Nacional para hacer frente a esta amenaza», enfatizó Lafaurie. La situación se ve aún más compleja debido a la eliminación del sistema de trazabilidad bovina en el país, lo que, según el dirigente, facilitó el ingreso de más de 6 millones de bovinos producto del contrabando entre 2016 y 2019, lo que generó un lavado de activos de hasta 2.400 millones de dólares.
El sector ganadero se encuentra en alerta máxima, exigiendo medidas más estrictas y una mayor colaboración interinstitucional para erradicar este crimen que sigue afectando la seguridad económica y social del país. La lucha contra el robo de ganado se ha convertido en una prioridad para las autoridades y los ganaderos, quienes buscan soluciones eficaces para frenar este flagelo que amenaza la sostenibilidad de una de las principales actividades económicas de Colombia.