Un estudio del Politécnico Grancolombiano reveló cifras preocupantes sobre los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en adolescentes y jóvenes colombianos, enfermedades que avanzan silenciosamente y con graves consecuencias para la salud mental.
La investigación analizó 130 pacientes, de los cuales 94 % eran mujeres con edad promedio de 17 años. Los datos muestran un panorama crítico: 35 % presentó ideación suicida, 34 % había intentado suicidarse y 22 % fue víctima de abuso sexual. Además, el 85 % carecía de habilidades básicas de regulación emocional.
Los TCA más frecuentes fueron anorexia nerviosa (casi 6 de cada 10 casos), seguida de bulimia (28 %) y trastornos no especificados. Las jóvenes reportaron además prácticas extremas como dietas severas, consumo de pastillas, ejercicio compulsivo y purgas, impulsadas por una profunda insatisfacción corporal y una presión social creciente por la delgadez.
Pese al escenario, el estudio destaca una luz de esperanza: un modelo ambulatorio interdisciplinario —que combina atención psicológica, nutricional, médica y psiquiátrica— logró una tasa de remisión del 44,3 % en 18 meses, cifra superior al promedio internacional y considerada una alternativa costo-efectiva que reduce hospitalizaciones y recaídas.
La investigación concluye con un llamado urgente al Estado: fortalecer las políticas públicas de salud mental, mejorar la oferta institucional y promover la educación emocional y la aceptación corporal, claves para prevenir que estos trastornos se conviertan en enfermedades crónicas y devastadoras para las nuevas generaciones.