En medio de una creciente preocupación, los ganaderos y productores de leche en Colombia han elevado sus voces para alertar sobre las consecuencias del contrabando de leche y queso provenientes de Venezuela, afectando especialmente a los departamentos de Cundinamarca y Boyacá.
La Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán) ha señalado que esta problemática afecta al sector desde hace varios años, generando dificultades de precio en los productos lácteos de contrabando provenientes del país vecino. La situación se agrava en departamentos cercanos a la frontera con Venezuela, así como en Cundinamarca y Boyacá, donde los ganaderos enfrentan una constante presión económica.
Felipe Pinilla, presidente de la Asociación de Productores de Leche (Analac), ha manifestado que desde la última semana de marzo se ha observado una tendencia a la baja en el precio de la leche. En algunas zonas del país, el valor por litro ha disminuido más de $220, equivalente a un 10% u 11% de reducción, según el líder gremial.
Pinilla destacó que «cualquier forma ilegal de comercialización, entre ellas el contrabando, genera un impacto considerable en el mercado». Esta situación no solo afecta a los productores, sino que también tiene consecuencias para la estabilidad del mercado lácteo colombiano en general.
Datos proporcionados por Analac muestran que la Bolsa Mercantil de Colombia (BMC) registró transacciones anuales de venta de leche cruda por cerca de $700.000 millones, representando entre 500 y 550 millones de litros. Para mayo de 2023, se observaron precios promedio decrecientes, con una caída del 4% a nivel nacional.
Los departamentos de Antioquia (-6%), Cundinamarca (-8%), Boyacá (-4%), Bogotá (-1%), Santander (-14%) y Atlántico (-2%) experimentaron las mayores bajas en los precios. Sin embargo, la Asociación resaltó el crecimiento del departamento de Meta, que mostró un incremento del 9%.
Ante este escenario, los ganaderos y actores del sector lácteo instan a las autoridades a intensificar los esfuerzos para combatir el contrabando, protegiendo así la producción local y garantizando condiciones justas para los productores colombianos. La lucha contra esta práctica ilícita se presenta como crucial para preservar la estabilidad económica de los ganaderos y asegurar la calidad y seguridad de los productos lácteos en el país.
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