La construcción del frigorífico de Tunja, un proyecto esperado desde 2005, finalmente ha recibido luz verde tras la resolución de problemas relacionados con el uso de suelos en el predio designado para su ubicación. Este avance ha sido posible gracias al seguimiento realizado por el Tribunal Administrativo de Boyacá, que ha logrado destrabar el proyecto, el cual se estima estará listo en dos años y medio, según la empresa constructora encargada.
Carlos Gabriel Hernández Carrillo, director del Departamento Administrativo de Planeación Territorial de Tunja, explicó en Caracol Radio los desafíos que ha enfrentado este proyecto desde sus inicios. “Este frigorífico responde a un fallo por una acción popular del 2005, en el cual se establecía la necesidad de construir una planta de beneficio y sacrificio animal que permita garantizar la cadena de frío para cárnicos”, señaló Hernández Carrillo. A lo largo de los años, el proyecto ha cambiado de ubicación en tres ocasiones, hasta que en 2023 la Administración Municipal declaró de utilidad pública un predio en la vereda Chorro Blanco, donde finalmente se construirá.
La construcción del frigorífico tiene un costo aproximado de 60 mil millones de pesos, aunque estos valores pueden variar debido a los cambios inflacionarios y el costo de los materiales de construcción. El Municipio de Tunja ha aportado 10 mil millones de pesos mediante un crédito público para financiar parte de la obra.
Por otro lado, la empresa Cicori S.A.S. y la Corporación Autónoma Regional de Boyacá (Corpoboyacá) establecieron plazos inamovibles de entre dos y tres meses para la realización de estudios y la obtención de licencias ambientales y de construcción. Una nueva audiencia se llevará a cabo a mediados de octubre para verificar el progreso de estos trámites.
El frigorífico no solo beneficiará a Tunja, sino también a toda la provincia Centro, así como a las zonas sur y nororiental de Boyacá, e incluso a algunos municipios del suroccidente de Cundinamarca. Esta planta es vista como un proyecto de vital importancia para mejorar la infraestructura regional en términos de procesamiento y comercialización de productos cárnicos.
La puesta en marcha del frigorífico representa un avance significativo en el cumplimiento de una obligación pendiente desde hace casi dos décadas, y se espera que impulse el desarrollo económico de las regiones aledañas al proporcionar instalaciones modernas para el procesamiento y conservación de carne, garantizando así la seguridad alimentaria en el departamento.