Un reciente estudio de la Universidad Nacional de Colombia encendió las alarmas sobre el estado del páramo Guantiva-La Rusia, uno de los mayores productores de agua del país, donde la ampliación de la frontera agrícola estaría alterando las condiciones naturales del suelo, especialmente en municipios como Belén y Cerinza.
La investigación, que analizó 168 puntos distribuidos en seis cuencas del páramo, evidenció cambios derivados de la introducción de ganado y cultivos. Estas actividades están afectando la capacidad del terreno para absorber agua, generando encharcamientos durante temporadas de lluvia y reduciendo la regulación hídrica del ecosistema.
“El cambio en el uso del suelo provoca alteraciones significativas en su estructura y funcionamiento”, advirtió la investigadora Moya Alarcón, quien explicó que la degradación no es total, pero sí progresiva y preocupante.
Los páramos abastecen hasta el 85% del agua que consume Colombia, por lo que cualquier afectación en su equilibrio pone en riesgo la seguridad hídrica de millones de personas.
El informe concluye que, aunque no todas las zonas están igual de intervenidas, el deterioro avanza y exige medidas urgentes para frenar la presión agropecuaria y garantizar la conservación de este ecosistema estratégico.